sábado, 7 de febrero de 2015

Universo paralelo...


Los suizos son muy organizados y previsores, ésa es la verdad... Tanto es así que ven con antelación la previsión del tiempo o incluso la llevan como aplicación favorita en su móvil... Y lo entiendo, porque lo cierto es que en España te arriesgas a que te llueva algo o bajen un poco las temperaturas, pero aquí el riesgo es que te caiga la nevada del siglo y estés como en tierras del Yeti en menos que canta un gallo (y digo yo, a ver cómo traduzco yo lo de que canta un gallo, con esto de haberme propuesto publicar en inglés también...). Bueno, el caso es que el lunes cayó una nevada aquí monumental de la nada, de un día que comenzó de lo más normal... Los suizos iban preparados con sus botas pero aquí la menda llevaba unos zapatos de tacón de aguja que indicaba que o no había visto la previsión del tiempo o, si la había visto, me traía al pairo... De ahí lo del universo paralelo, porque realmente es que yo voy a mi bola total, y creo que con los años, más aún...
A las 4 pm miraba yo por las ventanas de la oficina y la cosa pintaba mal: cielo gris y copos de un tamaño considerable que no paraban de caer. Sin embargo, veía que el suelo estaba mojado pero no blanco, con lo que aún parecía haber esperanza... 4:30 pm y la cosa pintaba peor, copos por doquier y el suelo algo blanquecino... 5 pm y aquello iba sin freno... 5:30 pm y si no vi al Yeti por la ventana debió ser por la ventisca de nieve que caía, como ésas de las películas... En ese momento, viendo yo el percal, me armé de valor y decidí salir a recorrer el camino que separaba la oficina del parking, todo exterior, claro está, y de distancia nada despreciable.... Cómo expresar la sensación de caminar, más bien hundir, unos zapatos de tacón de aguja de nuestro querido Amancio (aquí tengo que poner una nota a los guiris y explicarles lo de Amancio, y esto de guiris como que tampoco se lo traducimos...) en la nieve es algo que a una no le ocurre todos los días (menos mal, porque si no estos me encierran)... Los taconcillos finos se hundían a modo de crampón de esos que se usan en la montaña, con lo cual no iba demasiado inestable.... Lo peor era que la nieve entraba por la parte delantera de los zapatos al interior, y eso ya sí que no molaba nada de nada... Menos mal que iba cubierta con la capucha y espero que nadie me rononociera porque cierto es que todo aquél que se cruzaba conmigo (más bien, todo aquél que me adelantaba... es decir, todo el mundo, porque claro, todos iban con sus botas mega-preparadas, menos yo que iba con tacones) alucinaba, por decirlo de manera clara.... Debían llegar a su casa a contar que habían visto a una chica con tacones con 50 cm de nieve en el suelo.... la leche!!! Aunque, en honor de la verdad, lo cierto es que con aquello de tacón-crampón si bien incómodo, tampoco era tan insegura la cosa.... Con esto no quiero decir que imponga la moda de tacones en la nieve no, pero bueno, que una iba llevando la situación lo mejor que podía...

En fin, estos días llevo botas pero.... En la oficina me cambio y me pono los tacones, que una es muy Mariquita, y ni la nevada del siglo ni ná pueden hacer que cambie de forma tan radical...

Hasta el próximo post


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